Ponerse las pilas

El imparable desarrollo de la industria electrónica viene multiplicando la oferta de equipos de todo tipo y pura todas las actividades. Todos -más allá de sus formas, usos, colores, etc- tienen algo en común: consumen energía.

Gran parte de estos electrónicos obtienen esa energía de las populares pilas, cuyo destino final es uno de los problemas no resueltos por la sociedad moderna.

Radios, cámaras fotográficas y de video, juguetes, afeitadoras, discman, grabadores y reproductores, calculudoras y agendas electrónicas, forman parte de la enorme legión de consumidores de pilas.

Tanto el mercurio como el cadmio que contienen algunos tipos de pilas, son considerados elementos peligrosos por su toxicidad, pero van a parar a la tierra ¡unto con la basura orgánica y terminan volcando su contenido que contamina las napas de agua subterráneas.

Las denominadas pilas alcalinas suelen contener hasta un 1 % de mercurio. En la Comunidad Europea a partir de 1993 los fabricantes debieron reducir ese contenido a un 0,025 %.

Ese valor no es casual, sino que representa el mínirno para que sea rentable el reciclado de pilas, un proceso que muy pocas companias desarrollan.

Seguramente ya todos adivinan donde está el problema: en la falta de centros de recolección.

Ante esa carencia, el basurero seguirá siendo el destino de las pilas agotadas, aunque existen versiones recargables y su adquisición es sumamente aconsejable siempre -ciaro estáque se cuente con el aparato de recarga.

Otra vez hay que mirar hacia las administraciones públicas, ya que son las que están en condiciones de intermediar entre los consumidores y los fabricantes Tomando como base -por ejemplo- las escuelas, oficinas públicos, instituciones intermedias y a los comercios que venden pilas, puede armarse una red de recolección eficiente para que las ya agotadas no vayan a los basureros y, en cambio, vuelvan a su lugar de origen para su reciclado o debido destino.

Alerta roja

Los residuos tóxicos han generado hasta conflictos internacionales por cuanto en oportunidades las empresas que los generan intentan "exportarlos" a terceros paises, con lo que transfieren también los riesgos.

Tal vez nunca nos hemos puesto a analizar debidamente la cantidad de residuos tóxicos que acumulamos en nuestra propia casa y que, en ocasiones, solemos inconcientemente "exportar" al medio ambiente. Pintura, diluyentes, limpiahornos, insecticidas, lavandinas, venenos, son algunos de los elementos que usamos y no falta quien, no sabiendo qué hacer con el sobrante, termina por arrojarlo en la rejilla.

En la ciudad norteamericana de San Francisco un estudio demostró que la pintura representa un 60 % de los residuos peligrosos arrojados por particulares a las canerias.

También insecticidas liquidos y plaguicidas domésticos suelen tener por destino la red cloacal (si la hay) o directamente la tierra.

En general es recomendable utilizar un producto hasta agotarlo; limpiar bien el envase y arrojarlo a la basura. Si hay un sobrante (por ejemplo pintura) ofrecerlo a otra persona que pueda necesitarlo.

Además es conveniente pensar muy bien antes de adquirir un producto con contenidos tóxicos. En muchos casos es reemplazable por otro de menor riesgo para la seguridad familiar y para el medio ambiente.

Preciclar

Sabemos que numerosos materiales de uso cotidiano (latas, plásticos, etc) son reciclables, es decir, luego del uso utilizados como materia prima para un nuevo artículo.

Como consumidores podemos hacer una lista de productos pre-ciclables, es decir, los que adquirimos porque sabemos que su envase podrá ser reutilizado. Visto de otra forma, una anticipación para reducir residuos y contribuir al ahorro de energía y recursos naturales no renovables.

Optar por envases de cartón y no de plástico, comprar frutas o verduras que no vienen empaquetadas, llevar la propia bolsa para no incorporar más polietileno al basurero; seleccionar productos que aseguran respeto por el equilibrio ambiental y desechar los que no ofrecen garantías, son -entre otrasmodalidades de preciclaje que todos podemos practicar.


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