Si bien el problema es menor respecto a lo que tiramos, no menos cierto es que -por imprevisión- podemos ser cenerado res de problemas por lo que acumulamos innecesariamente.
No se trata, por supuesto, de comenzar a tirar cosas por la ventana, pero si de revisar si efectivamente todo lo que guardamos es necesario.
Vaya a saber por qué causa encontramos libros que ni sabiamos que estaban en nuestro poder y otros que ya no leeremos. Numerosas bibliotecas populares o escolares estarán agradecidas al recibirlos.
Juguetes y ¡ueqos que los chicos no utilizan desde hace mucho tiempo, pueden divertir a otros niños en instituciones de beneficencia u hospitales.
Ropa que "pasó de moda" o que ya no nos es cómoda, seguramente será muy útil a otra gente.
Evaluar lo que necesitamos y de lo que podemos prescindir cediéndolo a otra persona, puede producir efectos múltiples: tendremos más espacio en roperos y armarios; estaremos ayudando a otra gente y no generaremos mayores volúmenes de residuos al tirar lo que no nos es de utilidad.
Además, este reciclado social posibilita que reinsertemos al uso una gama de elementos que cubrirán una demanda, sin
necesidad de nueva producción, con los ahorros que esto implica en pesos y costo ambiental.
Volver
a la CARTA DE
PRESENTACION