HIDROELECTRICIDAD.

PERSPECTIVAS DE LA APORTACIÓN HIDROELÉCTRICA.

Este tipo de energía ofrece características notoriamente positivas desde el punto de vista técnico y económico; se trata de una energía renovable, de r pida aportación a los respectivos sistemas eléctricos, puede ser utilizada como reserva y como corrección de las variaciones de la demanda.
Una vez terminada la construcción de un embalse, los gastos de funcionamiento son mínimos y su producción desde la perspectiva nacional atenta la dependencia energética exterior y no sólo puede suponer ahorro de divisas, sino también entradas, ya que las conexiones internacionales favorecen este tipo de intercambios útiles incluso para naciones sin problemas energéticos.

Ecológicamente se suele considerar a esta energía como limpia y segura, aunque este juicio debe ser matizado, ya que la construcción de presas, sobre todo para embalses de gran capacidad, destruye o altera ecosistemas naturales y sociales con mayor o menor amplitud según la escala de la obra , no sólo por las superficies anegadas aguas arriba, sino por la pérdida de aportes nutrientes aguas abajo. En determinados climas el estancamiento de las aguas favorece la aparición de factores generadores de enfermedades , en todos los medios las presas generan riesgos inevitables no obstante los perfeccionamientos técnicos, en cuanto a su posible destrucción en virtud de causas no previstas .

Se ha estimado que cada año se colapsa una presa en USA, en casi todos los casos sin víctimas, aunque probabilísticamente se calcula que en este país cada cincuenta años se produce una catástrofe del tipo de la acaecida hace años a la Vaiont (Italia) .
El balance no obstante resulta favorable a este tipo de energía, aunque aquí no existe flexibilidad suficiente para los emplazamientos, lo que originó a veces conflictos de intereses difíciles de arbitrar .
Los obstáculos al incremento de la oferta energética de esta procedencia son fundamentalmente de índole económica. En los países desarrollados la casi mayoría, si no la práctica totalidad de los embalses importantes construibles, están ya en utilización, siendo marginales otros emplazamientos, o de escasa rentabilidad energética.
Por el contrario, en el área de las naciones con menor desarrollo estos recursos ofrecen aún potencialidades notables, sobre todo en áreas tropicales o subtropicales, pero aquí los medios económicos son escasos y las obras más costosas por las propias características de los cursos de agua, por lo que, salvo excepciones , sin apoyos financieros exteriores es difícil acometer estas cuantiosas inversiones.

A escala mundial se prevé una cierta estabilidad de la aportación hidroeléctrica, manteniéndose las actuales y relativamente modestas aportaciones, en términos porcentuales , lo que supone un peso todavía mucho más reducido en el área occidental.

En España la energía hidroeléctrica ha alcanzado altos niveles de desarrollo, consiguiéndose una tecnología de presas que justamente ha colocado a nuestros especialistas en las más elevadas cotas de aprecio mundial. Este es, pues, un área conocida y explorada, consiguiéndose resultados notoriamente positivos no obstante las dificultades orográficas e hidrográficas del país. Se ha conseguido multiplicar por diez en cuarenta años la energía de este origen, que hasta 1970 suponía el mayor aporte a la balanza energética .Las perspectivas no parecen sin embargo ser muy distintas de las ya enunciadas para los países desarrollados, así el PEN contempla una pequeña disminución de su peso porcentual y dedica poco entusiasmo a su expansión debido al coste creciente de estos aprovechamientos marginales. Aun así el PEN 1978 prevé‚ que en la generación de electricidad la energía hidráulica ocupará un puesto superior al de la media previsible de la CEE y la OCDE.

En medios empresariales se cuenta con un estancamiento de la energía de esta procedencia , mientras que otras proyecciones son aún más pesimistas, como las realizadas con base a la aplicación del modelo energético denominado MARKAL, adoptado por la AIE, cuya aplicación al caso español parece refuerzan las previsiones del PEN .

Queda por precisar cuál puede ser y en qué condiciones, el montante de los recursos hidroeléctricos técnicamente aún utilizables , porque a pesar del escepticismo oficial compartido por las empresas del ramo, parece estar aún insuficientemente justificada, desde el punto de vista económico, la construcción de numerosos aprovechamientos hidroeléctricos ; no obstante las modestas previsiones del PEN , otros sectores hacen especial hincapié en el refuerzo de esta energía propugnando el aprovechamiento máximo del potencial hidroeléctrico nacional . Para las nuevas instalaciones de este tipo se propone tener presente el objetivo de proporcionar potencia para suministrar energía en horas punta y atender a las variaciones rápidas de carga, función que se estima puede ser com petitiva con cualquier otra alternativa . También se propicia la construcción de embalses reguladores y bombeos estacionales hacia embalses hiperanuales . En cuanto a los bombeos ordinarios , si bien económicamente parecen justificados, se les impugna en términos energéticos en cuanto que evidentemente consumen electricidad para volverla a producir con pérdidas. Ahora bien, no debe olvidarse que el refuerzo que en todo caso necesitaría el sistema eléctrico en horas de. alta demanda requeriría aportaciones de otro tipo de energía y que en todo caso se precisaría aumentar la potencia instalada, lo que en sí es también costoso económica y energéticamente.

Lo que es quizás discutible es la adjudicación de un énfasis excesivo al programa de pequeñas centrales. Efectivamente, tratándose de energía y de ampliación de la oferta nacionalmente disponible todos los esfuerzos que redunden en incrementos, por pequeños que sean, deben ser bien venidos. Pero esto no debe conducir a desorbitar el tema, crear ilusiones no justificadas o a invertir prioridades, ya que la aportación energética que puede obtenerse por estas vías, aunque insistimos no despreciable es realmente modesta. Estas centrales pueden provenir de la puesta nuevamente en funcionamiento de plantas abandonadas con anterioridad por ser irrentables, principalmente por los gastos de personal implicados o de nuevas instalaciones que no precisan de mayores obras o expropiaciones para grandes inundaciones . Hay aquí también un componente, no desdeñable por cierto, de carácter ideológico que propicia con especial simpatía formas de producción y consumo energético diversificado, descentralizado y autosuficiente, además de renovable.


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