Esta es, por así decirlo, la aproximación más lógica al
tema de la utilización de la energía solar, lo que explica que
tales modalidades de aprovechamiento eliminen o atenúen algunos
de los inconvenientes suscitados por otras formas de captación
de esta energía.
Aunque no ilimitadas, las posibilidades de aprovisionamiento
energético solar son considerables . En la práctica, sin
embargo, el carácter disperso, irregular y poco concentrado con
que aparece la energía solar, implica notables obstáculos a su
campo dadas las pautas del modelo económico-territorial a que
estamos sometidos.
Por ello lo ideal es flexibilizar hasta donde sea posible estas
utilizaciones con base como se vio en el capítulo dedicado a la
planificación física a posibles revisiones de las actuales
estructuras territoriales, para permitir la máxima accesibilidad
a las ventajas del empleo energético de las radiaciones solares.
Las respuestas técnicas más adecuadas serán, pues, las que se
adapten a las características de presentación de esta energía,
buscando preferentemente soluciones de consumo directo,
descentralizado y con captación en baja potencia, evitando así
los costos de concentración y transporte implícitos en los
sistemas energéticos habituales y extrayendo así las máximas
ventajas de la energía de origen solar .
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