E1 sol, en cuanto fuente de energía, anima y hace posible la vida sobre la tierra en todas sus manifestaciones y está presente prácticamente en todos los procesos que se apoyan en las fuentes de energía inanimadas empleadas por el hombre . Salvo las pequeñas aportaciones energéticas que suponen el aprovechamiento para estos fines de las mareas, el calor interno de la tierra y las actuales centrales nucleares, todo es a la postre energía solar. Otra cosa será si podemos reproducir, como se intenta ahora, el propio dispositivo de producción de energía a que responda el sol a través de la fusión nuclear del hidrógeno, pero hay todavía sobre este tema grandes interrogantes aún no despejadas.
De momento, y verosímilmente al menos durante una generación más, habremos de recurrir a las radiaciones solares como base sustancial de nuestro aprovisionamiento energético. Cabe hablar a este respecto de aprovechamientos directos e indirectos de la energía solar: a los primeros nos referiremos a continuación, puesto que los de carácter indirecto han sido tratados en el capítulo anterior correspondiente a las denominadas fuentes renovables de energía, de los que por supuesto forma parte también la solar que aquí nos ocupa.
Los recursos energéticos fósiles no renovables se conectan
igualmente con el sol en cuento constituyen manifestaciones de
procesos fotosintéticos producidos en pocas anteriores y que han
sufrido en el transcurso de los tiempos transforma ciones que
desembocan en su actual presentación, como las turbas en los
casos más recientes, y los carbones e hidrocarburos en los más
antiguos.
De la enorme cantidad de energía irradiada por el sol en todas
las direcciones del espacio, sólo una parte muy pequeña incide
en la órbita de la tierra, a su vez tan sólo una fracción de
ésta penetra en la atmósfera de nuestro planeta y sólo un
porcentaje menor es aprovechada energéticamente por el sistema
de la biosfera, el resto es irradiado de nuevo o simplemente no
encuentra condiciones naturales para su utilización.
Pero aun así la generación energética solar, que parece se
mantendrá inalterada al menos durante 8.000 millones de años
más, constituye una fuente enorme de energía, que los autores
ilustran con abultadas comparaciones sobre las actuales
disponibilidades . Cabe preguntarse por tanto si existen
obstáculos de carácter técnico-económico para la utilización
de estas inagotables y fabulosas disponibilidades, o por el
contrario, como anteriormente aventurábamos, las dificultades
son de otra índole y por tanto superables a travs de
cambios institucionales introducidos mediante adecuadas
modificaciones en el ordenamiento jurídico.
Las circunstancias que han determinado la modesta cuota asignada para los próximos decenios a las aportaciones energéticas de origen solar son realmente complejas, por una parte imputables en difícil asimilación inmediata de las radiaciones solares dado el modelo concentrado de nuestro sistema económico y urbano, y por otra al sensible retraso de los conocimientos científicos necesarios para la introducción de la tecnología adecuada. Todo ello ha venido a su vez influido por la ausencia de una demanda social que consciente de estas virtualidades presiona energéticamente hacia el cambio.
Como es el caso de la mayoría de las nuevas fuentes
energéticas, el progreso viene obstaculizado por el hecho de que
los precios actuales de la energía de origen convencional no
reflejan todavía adecuadamente el componente real de los
factores sustitutivos de producción, por lo que no existe por
tanto un inters colectivo suficientemente difundido por
otros tipos de abastecimiento. Pero creemos que inevitablemente
estas soluciones se impondrán, dependiendo el tiempo de ajuste
del realismo de las políticas energéticas nacionales, de los
encarecimientos de los productos convencionales y del ritmo de
agotamiento de los combustibles fósiles.
Pero en cualquier caso, y de cara sobre todo a la respuesta
jurídica idónea, es imprescindible una breve exposición de las
características de estos suministros.
Uso directo de la energía solar
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