EL CARBÓN.

E1 carbón ha sido calificado como puente para el futuro , cifr ndose en ‚l grandes esperanzas para la transición energética que habrá n de soportar las próximas décadas con el paralelo apoyo de la conservación de la energía, estimándose que debe triplicarse su uso en el mundo, y multiplicarse por 10-15 veces su mercado internacional . Se considera que las reservas de la tierra son suficientes, que se presentan geográficamente en una adecuada dispersión y que hay ya tecnología acreditada, con lo que el carbón, partiendo de los actuales precios del petróleo, puede suponer una alternativa razonable y competitiva para la sustitución del petróleo . Los niveles de precios petroleros anteriores a los últimos reajustes, lo que seguramente sigue siendo sustancialmente lido en estos momentos, habrían hecho al carbón de un 30 a un 50 por 100 más barato que el petróleo en la mayoría de los países europeos, incluyendo los costos de transporte y tratamiento , señalándose para el futuro en las prospecciones realizadas sensibles incrementos potenciales .
En distintas reuniones y conferencias internacionales que se han ocupado de la energía se ha propiciado decididamente el empleo alternativo del carbón, en lo que se hizo hincapié en la cumbre de Tokio de 1979, y se reiteraría en la de Venecia de 1980. Los Jefes de Estado de las siete naciones representadas se comprometieron a incrementar en lo posible el uso, producción y comercio del carbón y su empleo como sustitutivo del petróleo en la industria y en la producción de electricidad . También las sucesivas Conferencias mundiales de la Energía han respaldado esta estrategia sustitutiva, que ha sido asumida decididamente por la Agencia Internacional de la Energía, que en mayo de 1979 adoptó los denominados principios de la AIE para la actuación sobre el carbón, creando un órgano asesor especial para estos asuntos .
En cuanto a la Comunidad Económica Europea, debe recordarse que en sus antecedentes inmediatos est el Tratado de la CECA, que contaba entre sus preocupaciones fundamentales la posibilidad de agotamiento del carbón, planteamiento precisamente ahora invertido.
E1 Consejo de la CEE se ha pronunciado reiteradamente sobre la potenciación del empleo del carbón, si bien no parece que con excesivas consecuencias prácticas pese a la abundancia de este recurso en el rea de influencia de la Comunidad, lo que se imputa a la ausencia de una demanda vigorosa y al hecho de que aunque a partir de 1975 se prohibieron nuevas centrales térmicas que utilizasen petróleo o gas, las ya existentes o en construcción en el área con base a estos combustibles suponían una producción considerable.


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