Las observaciones anteriormente mencionadas explican algunas de las dificultades que aparecieron en la aplicación del conocimiento científico a los aspectos medioambientales de la sociedad humana. En principio, hay una gran aceptación entre el público y la comunidad cientifica, hecho deseable para que el conocimiento científico progrese en el entendimiento de las relaciones del medio ambiente con la humanidad. Del aumento de tal conocimiento surgirían ventajas para la salud humana, el bienestar social, el bienestar económico y las satisfacciones estéticas. Pero el acuerdo es menos general en cuanto a cómo este deseado objetivo podría ser llevado a cabo o qué compromisos políticos, medidas institucionales o asignaciones financieras serían necesarios para conseguirlo.
Las medidas institucionales para el desarrollo y la aplicación de la ciencia medioambiental varían enormemente. Un amplio estudio de las investigaciones relacionadas con el medio ambiente que se han realizado y de quiénes las han llevado a cabo podría llenar un libro. Las formas de aplicar los conocimientos para resolver los problemas sobre el medio ambiente se describen en el estudio de casos preparado para el Comité del Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos sobre Aplicaciones de Teoría Ecológica a Problemas Medioambientales (1986).
Las instituciones científicas para la investigación medioambiental han sido creadas por los gobiernos de sociedades industriales avanzadas, en universidades y en laboratorios de investigación independientes e industriales. Debido a los requisitos legales y a las expectativas populares, la investigación y el desarrollo industriales se han visto cada vez más obligados a probar los nuevos productos y las técnicas actuales antes de lanzarlos al dominio público. Esta tendencia ha aumentado las oportunidades para la investigación científica relacionada con el medio ambiente, pero los esfuerzos espontáneos de investigación (no asociados a intereses económicos o políticos particulares) han tenido dificultades para obtener financiación.
En los Estados Unidos, durante la época de aumento de la conciencia medioambiental a finales de los años sesenta y a principios de los setenta, se hicieron una serie de propuestas para crear institutos o centros de investigación políticamente independientes dedicados a hacer avanzar la ciencia ecológica y los estudios sobre el medio ambiente. El propio gobierno de los Estados Unidos propuso la creación de un instituto de investigación medioambiental, confirmado por el presidente Richard Nixon en su mensaje sobre medio ambiente el 8 de febrero de 1971. Hubo propuestas para transformar los laboratorios nacionales norteamericanos, inicialmente dedicados en su mayor parte a temas de energía, en laboratorios medioambientales En 1971, un grupo de científicos adheridos a la Sociedad Ecológica de América se encargó de la puesta en marcha de un Instituto de Ecología no gubernamental. Sobrevivió a través de muchas vicisitudes durante más de una década hasta 1984, año en el que finalmente se disolvió Otras propuestas nacionales nunca llegaron a ponerse en práctica. Mientras tanto algunas unidades federales, sobre todo la Agencia de Protección Medioambiental. dirigían la investigación sobre el medio ambiente.
La aplicación de la ciencia a los problemas medioambientales se da en alguna medida en casi todos los países modernos, normalmente bajo el patrocinio de los gobiernos y frecuentemente relacionada con la sanidad pública o la planificación fisica. Sin embargo, las medidas son demasiado diversas para poder clasificarlas correctamente. Entre unos países y otros, la diversidad es la norma y lo comparable la excepción. Por ejemplo, en Gran Bretaña, el Consejo para la Conservación de la Naturaleza, creado en 1949 por carta real, ha dado consejos sobre la protección de las reservas naturales y ha patrocinado investigación científica y servicios relacionados; el Departamento de Medio Ambiente y el Ministerio de Educación y Ciencia, entre otros patrocinan o dirigen un campo más amplio de investigación científica. El Anuario Medioambiental Europeo proporciona descripciones sumarias de los programas y organizaciones sobre el medio ambiente a nivel gubernamental en los estados miembros de la Comunidad Europea. Milán: Instituto DocTer de Estudios Medioambientales (Cutrera, 1987).
Una razón obvia de la diversidad organizativa es el carácter diversificado de los medio-ambientes nacionales, socio-políticos y nacionales. La variedad de medidas institucionales para la ciencia medioambiental refuerza la afirmación de que el «medio ambiente)> no es únicamente otro sector de la política estatal comparable a la justicia, la educación, la sanidad o la urbanización, sino que es contextual a todos los sectores, cada uno de los cuales presenta elementos particulares de relaciones medioambientales.
Las medidas internacionales para la investigación científica se caracterizan también por su diversidad. Durante los meses anteriores a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano de 1972, algunos científicos adheridos al Consejo Internacional de Asociaciones Científicas [Comité Científico para Problemas del Medio Ambiente (SCOPE)], propusieron la creación de un centro internacional de investigación medioambiental. Esta idea no fue apoyada por los científicos del Consejo con visiones conservadoras de la ciencia ni fue aceptada por los gobiernos. El vehículo preferido para la investigación patrocinada por el Consejo Internacional de Asociaciones Científicas siguen siendo las comisiones multidisciplinares para investigaciones concretas, siendo la más reciente el Programa Internacional sobre Litosfera-Biosfera (IGBP).
El programa el Hombre y la Biosfera (MAB) (Batisse, 1980, 1982) patrocinado por la UNESCO fue una obra que tuvo éxito sobre una base internacional para institucionalizar la ciencia sobre el medio ambiente. Esta obra surgió de la Conferencia acerca de la Biosfera, que se celebró en Paris en 1968, y generó investigación con colaboración internacional y protección del medio ambiente en más de cien países. El Hombre y la Biosfera ha patrocinado una red internacional de áreas naturales protegidas o de reservas de la biosfera, llegando a contar 266 en 70 países a partir de 1987. Estas reservas representan varios tipos de ecosistemas y sirven de puntos de control en el seguimiento y la medición del cambio ecológico. Proporcionan una valiosa fuente para la investigación en el Programa Internacional sobre Litosfera-Biosfera, y para la apreciación y comprensión populares (Kellert, 1986).
El Programa sobre Medio Ambiente de Naciones Unidas patrocina actividades relacionadas con la investigación en colaboración que completan los limitados fondos del Programa con los de otras organizaciones internacionales y con los que aportan otros países participantes. Hay numerosos programas de investigación de información relacionada con el medio ambiente de ámbito regional, sobre todo de ecología tropical. Por ejemplo, la red cooperativa latinoamericana Intersciencia, el Centro de Ciencia Tropical de Costa Rica, el Centro Internacional de Ecología Tropical de Venezuela o el Programa Tropenobos de Holanda relacionado con las selvas tropicales, el Consejo Internacional para la Investigación Agroforestal de Kenia y el Centro para la Información y Documentación Científica de Ecología Tropical de Camerún.
Como se ha indicado anteriormente, en los gobiernos más modernos, las unidades de investigación medioambiental se han creado en departamentos y ministerios con desarrollo de recursos naturales y misiones de protección agrícola, sanitaria y del medio ambiente. Los administradores y los científicos de esas unidades normalmente se han opuesto a cualquier agencia coordinadora o central de investigación medioambiental que pudiera disminuir sus campos o su autonomía. Además, la misión de investigación orientada está estructurada de forma característica para apoyar programas y objetivos limitados y así el riesgo afecta a una parte del problema medioambiental y no a todo. Algunos científicos y expertos en política sobre el medio ambiente siguen insistiendo en la necesidad de unir el ámbito de la investigación medioambiental a las dimensiones del problema, pero la resistencia a aceptar este concepto sigue disminuyendo ante las crecientes amenazas al medio ambiente global, como por ejemplo el cambio climático.
La experiencia de los Estados Unidos puede ilustrar la influencia potencial del gobierno y de la política estatal sobre la investigación científica relacionada con el medio ambiente. Durante la fase inicial de la reacción gubernamental al movimiento medioambiental en los Estados Unidos, el Congreso adoptó el Acta de Política Medioambiental Nacional de 1j@ `C ðñ Å;/\gaciones a las agencias federales ejecutivas y a las agencias administrativas independientes que sólo podían desempeñar su labor recurriendo a la investigación y a la información científicas (Caldwell, 1982). La Sección 102 autoriza y ordena quc, hasta cl máximo posible: (I) las políticas, regulaciones y leyes públicas de los Estados Unidos serán interpretadas y aplicadas de acuerdo con las políticas enunciadas en el Acta, y (2) todas las agencias del Gobierno Federal deberán:
a) Utilizar un acceso sistemático e interdisciplinar que
asegure el uso integrado de las ciencias sociales y naturales y
de los proyectos medioambientales a la hora de planificar y tomar
decisiones que puedan tener un impacto sobre el entorno humano.
b) Identificar y desarrollar métodos y procedimientos, de
acuerdo con el Consejo sobre Calidad Medioambiental creado por el
Título II de dicha Acta, el cual se asegurará de que los
valores y las normas medioambientales no cuantificados en el
momento presente puedan ser tenidos en cuenta adecuadamente en la
toma de decisiones junto con las consideraciones económicas y
técnicas.
c) Incluir en cada recomendación o informe sobre propuestas que
se presenten al poder legislativo o a órganos federales
importantes y que afecten de forma significativa a la calidad del
entorno humano, un informe detallado, firmado por el funcionario
responsable, sobre:
1. El impacto sobre el medio ambiente de la medida propuesta. 2.
Cualquier efecto medioambiental adverso que no se pueda evitar al
poner en práctica la propuesta.
3. Alternativas a la acción propuesta.
4. La relación entre los usos locales del entorno humano a corto
plazo y el mantenimiento y el aumento de la productividad a largo
plazo.
5. Cualquier compromiso irreversibble e irreparable de los
recursos que se vieran afectados al poner en práctica la
propuesta.
Además, el párrafo (H) de la Sección 102 exige que las
agencias
Estas disposiciones establecen la base estatutaria para el planteamiento del impacto sobre el medio ambiente, un mecanismo para descubrir y forzar la acción que, bajo el sistema legal de los Estados Unidos, sea revisable y aplicable por las cortes judiciales independientemente de la política ejecutiva o de preferencias. En principio, el planteamiento de impacto medioambiental, basado en la utilización de todas las ciencias importantes, ha sido adoptado por más de treinta gobiernos nacionales y por la Comisión de la Comunidad Europea (Kennedv. 1988). La valoración del impacto medioambiental se ha convertido en la actualidad en un aspecto que afecta a las profesiones relacionadas con la ciencia aplicada. Se ha convertido en el centro de los programas y seminarios de enseñanza internacionales, por ejemplo, los dirigidos por el Centro de Planificación y Dirección Medioambiental de la Universidad de Aberdeen, y desde 1981 una Asociación Internacional para la Valoración del Impacto ha establecido una red a nivel mundial para la comunicación profesional.
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