El Instituto se propone:
1) Introducirlo eficazmente en el campo científico y tecnológico.
Una buena capacitación científico-técnica consiste hoy en poseer no sólo información actualizada, sino también saber buscarla y encontrarla, comprender el lenguaje básico, los paradigmas epistemológicos y las herramientas conceptuales propias de cada campo del saber, asomarse a enfoques multi, inter y transdisciplinarios.
Implica además tomar conciencia de los problemas éticos y sociales involucrados en las cuestiones científicas y tecnológicas y juzgarlos de acuerdo a una escala de valores.
2) Potenciar la actividad cognitiva y cultivar actitudes tendientes a la flexibilidad y la versatilidad.
La actividad cognitiva puede considerarse integrada por habilidades intelectuales, destrezas, actitudes, procesamiento de información y estrategias o estilos cognoscitivos, y potenciarla implica trabajar todas esas dimensiones mediante actividades de aprendizaje cuidadosamente diseñadas y diversificadas.
Por último, la flexibilidad y la versatilidad pueden sintetizarse en un único atributo, reconocido como la cualidad básica para los próximos años: adaptabilidad frente a los cambios, que puede definirse como la capacidad para:
a) adquirir, desarrollar y usar el conocimiento en forma autónoma, saber juzgar lo que sucede, tomar decisiones, frente a un problema tener en cuenta las variables del entorno y las interacciones con los demás, y
b) tratar problemas dados, encontrar, reconocer y formular problemas nuevos, estimar si son resolubles y encarar la forma de lograrlo.
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